
Estos últimos 20 años han cambiado por completo el panorama festivo. Hoy ya no se escucha tango y folcklore en ellas, sino salsa y cumbia; la gente no puede acomodar sus sillas en las afueras porque ahora los predios son cerrados a la vista de cualquier transeúnte. El agua, el harina, la témpera, las bombuchas (hasta congeladas)y un Rey Momo directamente apuntado a los ojos ocupan el primer lugar en la escena de los juegos de carnaval.