El Corso de Flores en Cerrillos

El Corso de Flores en Cerrillos


Célebre por sus hermosas carrozas, la fiesta se ha convertido en un lugar común donde representar las diversas manifestaciones culturales de esa zona central del Valle de Lerma.


Hay quienes aseguran que este evento supera la centena de años. Para los historiadores interesados en el pasado de esa localidad, la noticia mas antigua proviene del año 1871, cuando la carpa de Alejo Arias pasó a formar parte de la crónica policial de la época debido a un hecho de sangre que tuvo lugar en la puerta de ese local bailable. 1925 es la próxima fecha. Fotografías de la época muestran bellas damas adornadas con flores aterciopeladas montadas sobre vehículos de principios de siglo. Esas fueron las primeras carrozas y los primeros registros visuales que se pueden apreciar actualmente.

Las décadas siguientes encuentran al Carnaval de Cerrillos a pleno color. La Carpa de Doña Mica, Las 7 Argollas, la Carpa de Humacata, de Torres, y las célebres “La Cerrillana” y “El Chañarcito” que cubrieron de gloria esta fiesta de pueblo desde la década del ´30 hasta cerca de los ´70. “La Cerrillana”, inmortalizada en una zamba de Los Chalchaleros, fue una de las más importantes y congregó, como las demás, a muchas orquestas de música ciudadana, figuras del folcklore local y cantantes varios.

La gente entraba a las Carpas a bailar y divertirse mientras los mas grandes acomodaban sus sillas en las afueras del predio para disfrutar visualmente de la fiesta. El juego con agua no fue importante hasta 1960. Antes, los cerrillanos se tiraban con flores, papel picado y ramitas de albahaca. Las comparsas y murgas que participaban del Corso junto a las carrozas, satirizaban a algún personaje del pueblo y tenían mas relación con la cultura local.


Estos últimos 20 años han cambiado por completo el panorama festivo. Hoy ya no se escucha tango y folcklore en ellas, sino salsa y cumbia; la gente no puede acomodar sus sillas en las afueras porque ahora los predios son cerrados a la vista de cualquier transeúnte. El agua, el harina, la témpera, las bombuchas (hasta congeladas)y un Rey Momo directamente apuntado a los ojos ocupan el primer lugar en la escena de los juegos de carnaval.